¡Italia, allá vamos!

Lo primero de todo, ¡bienvenidos al blog! Es un blog dedicado al viaje a Italia de 1º Bach. del IES Generalife. Aún está en proceso de desarrollo (así que no esperéis gran cosa) pero es el comienzo de lo que terminará siendo un trabajo sobre todo lo que veremos en Italia. A principio de curso parecía muy lejano el viaje, pero ¡ya ha pasado el primer trimestre! Y seguro que dentro de muy poco habrá pasado el segundo y no nos lo podremos creer... ¡Italia, allá vamos!


domingo, 20 de marzo de 2011

Fra Angélico

     Beato Angélico, más conocido como Fra Angélico o Fray Juan de Fiésole nació en Vicchio (la Toscana) en 1390 y vivió combinando la vida de pintor consumado y la de fraile dominico. Se le llamó Angélico por el motivo religioso de sus obras, su gran devoción, y la serenidad que se reflejaba en sus pinturas. Fue beatificado en 1982 por Juan Pablo II, pasando a ser “Beato Fra Angélico”. En 1418 ingresó en un convento dominico en Fiésole y alrededor de 1425 se convirtió en fraile de la orden con el nombre de Giovanni da Fiesole. Comenzó su carrera como pintor como iluminador de misales y otros libros religiosos., tras lo que empezó a pintar retablos y tablas.

     Entre sus obras iniciales destacan la Madonna de la Estrella (Florencia) y el Cristo en la gloria rodeado de santos y de ángeles, donde hay 250 figuras diferentes. La madurez de su estilo se observa por primera vez en la Madonna dei Linaioli (San Marcos), donde aparecen doce ángeles tocando instrumentos musicales.
En 1436, los dominicos de Fiésole se trasladaron al convento de San Marcos de Florencia que acababa de ser reconstruido por Michelozzo. Fra Angélico, sirviéndose a veces de ayudantes, pintó numerosos frescos en el claustro, la sala capitular y las entradas a las veinte celdas de los frailes de los corredores superiores. Los más impresionantes son La crucifixión, Cristo peregrino y La transfiguración. El retablo que hizo para San Marcos (c. 1439) es una de las primeras representaciones de lo que se conoce como sacra conversación: la Virgen acompañada de ángeles y santos que parecen compartir un espacio común. Allí pintó una Anunciación.
La crucifixión, Convento de San Marcos, Florencia.
     En 1445, Fra Angélico fue llamado a Roma por el papa Eugenio IV para pintar unos frescos en la capilla del Sacramento del Vaticano, hoy desaparecida. En 1447, pintó los frescos de la catedral de Orvieto junto con su discípulo Benozzo Gozzoli.
     Sus últimas obras importantes, los frescos realizados en el Vaticano para decorar la capilla del papa Nicolás V, representan episodios de las vidas de san Lorenzo y de san Esteban (1447-1449), y probablemente hayan sido pintados por ayudantes a partir de diseños del maestro. Desde 1449 hasta 1452, Fra Angélico fue el prior de su convento de Fiesole.
Murió en el convento dominico de Roma el 18 de febrero de 1455.

jueves, 17 de marzo de 2011

Tintoretto

      Tintoretto, de nombre verdadero Jacopo Comin (1518-1594), fue uno de los grandes pintores de la escuela veneciana y probablemente el último gran pintor del Renacimiento italiano. En su juventud también recibió el apodo de Jacopo Robusti, pues su padre defendió las puertas de Padua frente a las tropas imperiales de una manera bastante robusta.

       Por su fenomenal energía y ahínco a la hora de pintar fue apodado Il Furioso, y su uso de la perspectiva y los especiales efectos de luz hacen de él un precursor del arte barroco. Sus trabajos más famosos son una serie de pinturas sobre la vida de Jesús y la Virgen María en la Scuola di San Rocco de Venecia.
      Nació en Venecia, República de Venecia, en 1518; era el mayor de 21 hermanos. Su familia era originaria de la ciudad toscana de Lucca. Su padre era tintorero, de ahí su posterior apodo.
     En su infancia, Tintoretto, comenzó a pintarrajear sobre las paredes de la tintorería; su padre, dándose cuenta de esta inclinación, lo llevó al taller de Tiziano a ver si podía aprender a ser artista.
        Fue alumno de Tiziano aunque no por mucho tiempo, y de su maestro aprendió el arte del color y las sombras. Las relaciones entre Tiziano y Tintoretto fueron distantes a lo largo de su vida, siendo de hecho Tintoretto un admirador profeso y ardiente de la obra de Tiziano, pero nunca un amigo, y Tiziano y sus partidarios le volvieron la espalda. No buscó otro maestro, sino que estudió por cuenta propia con celo laborioso; vivió pobremente, coleccionando moldes, bajorrelieves, etc. para practicar con su ayuda.
      Su noble concepción del arte y su alta ambición personal quedaron evidenciadas en la inscripción que colocó sobre su taller: «Il disegno di Michelangelo ed il colorito di Tiziano» ("El diseño de Miguel Ángel y el colorido de Tiziano"). Sentía pasión por los efectos de las luces. Hacía figuras de cera de sus modelos y experimentaba con ellas colocándolas en distintos ángulos para ver el efecto de la luz antes de pintarlos. Como resultado de estas pruebas, algunas figuras aparecen en más de una de sus obras, siempre pintadas con diferente iluminación. A veces tomaba como modelos a muertos diseccionados o estudiados en escuelas de anatomía; algunos estaban envueltos en telas, otros desnudos. Con frecuencia trabajaba tanto por el día como durante la noche. Debido a su trabajo, vivía de la manera más retirada, e incluso cuando no estaba pintando solía permanecer en su taller, rodeado por moldes. Aquí rara vez admitía a nadie, ni siquiera a amigos íntimos, y mantenía sus técnicas de trabajo en secreto, excepto para sus asistentes.
     Frecuentaba la compañía del joven pintor Andrea Schiavone, cuatro años menor que él. Tintoretto ayudó a Schiavone gratis en sus pinturas murales; y en muchas otras ocasiones posteriores trabajó sin retribución, y de esta manera triunfaba a la hora de obtener encargos. Las dos pinturas murales más tempranas conocidas de Tintoretto, hechas, como otras, prácticamente sin retribución, se dice que fueron El festín de Belshazzar y una Lucha de caballería. Ambas han desaparecido hace tiempo, así como todos sus frescos, tarde o temprano.
      Una de las primeras obras de Tintoretto que aún se conservan está en la iglesia del Carmen en Venecia, la Presentación de Jesús en el Templo; también en San Benedetto están la Anunciación y Cristo con la Mujer de Samaria.
         Se le atribuyen escenas mitológicas para los artesonados del techo del palacio veneciano de los Pisani. Realiza retratos de nobles y burgueses venecianos como el Retrato de un gentilhombre veneciano.
        Tintoretto pintó para la iglesia de Santa María del Huerto, de la que era feligrés, tres de sus obras destacadas: La adoración del becerro de oro (se cree que la figura que lleva el becerro puede ser un retrato del artista), la Presentación de la Virgen en el Templo, y El juicio final, hoy terriblemente repintadas; y se estableció en una casa junto a la iglesia.

Pinturas sobre San Marcos

Decoró la escuela de San Marcos, otorgando gran cantidad de pinturas a la misma sobre la vida de San Marcos. También pintó las paredes y techos de dicha escuela, por lo que puede considerarse un santuario elevado por Tintoretto a su propio genio.
Estas obras de San Marcos fueron recibidas con un aplauso general muy significativo, incluyendo el de Pietro Aretino, muy influyente amigo íntimo de Tiziano, que hasta entonces no tenía buena opinión de Tintoretto, uno de los pocos hombres que no se dignaban a buscar su favor. Se dice que Tintoretto pintó un techo de la casa de Pietro y que en otra ocasión, invitado a pintar su retrato, acudió y procedió a tomar las medidas de su modelo con una pistola o un estileto, indicando así que no era persona con la que se pudiese bromear. Después de los encargos de la Escuela de san Marcos, acabaron los años difíciles en la carrera del pintor.
Escuela de San Roque
      Durante los años 1564 a 1588, Tintoretto realizó la decoración de la Escuela y la adyacente iglesia de San Roque (Scuola Grande di San Rocco). En la iglesia de San Roque había realizado la destacada La curación del paralítico (1559). Pintó escenas de la vida de san Roque en el presbiterio de esta iglesia.
      Cinco pintores destacados, entre ellos Tintoretto, fueron invitados a mostrar proyectos para la pieza central de la sala pequeña llamada Sala dell’Albergo de la Escuela u Hospital de san Roque en Venecia. Tintoretto no entregó un esbozo, sino una pintura, y consiguió que lo insertasen en su óvalo. Los competidores protestaron, lógicamente; pero el artista, que sabía manejarse en este juego, hizo un regalo de la pintura del santo, y, como un reglamento de la fundación prohibía rechazar ningún regalo, permaneció en el lugar, proporcionando gratis las otras decoraciones del mismo techo.
       Entregó una gran cantidad de obras de manera gratuita a esta escuela, llegando a tener la escuela hasta 52 pinturas de Tintoretto, por las cuales solo pagó 2447 ducados.
Palacio Ducal de Venecia
     Se considera que en torno a 1560, Tintoretto comenzó sus numerosas pinturas del Palacio Ducal de Venecia; ejecutó allí un retrato del dogo, Girolamo Priuli. Le siguieron otras obras que quedaron destrozadas por el gran incendio de 1577.
     Después del incendio, Tintoretto comenzó de nuevo, con Paolo Veronese como compañero; sus obras han sido, en su mayor parte, desgraciadamente retocadas en años posteriores, y algunos de los mejores monumentos a su poder pictórico han quedado degradados a obras de relativa poca importancia.
  Pintó el techo de la Sala delle Quattro Porte; en la Sala del Anti-Colegio, cuatro extraordinarias obras maestras: Baco, con Ariadna coronada por Venus, las Tres Gracias y MercurioMinerva rechazando a Marte, y la Fragua de Vulcano que fueron pintadas por cincuenta ducados cada una, además del material, hacia 1578; en la Sala del Colegio, los Esponsales de santa Catalina con Jesús; en la Sala del senado, las pinturas del techo y las paredes son obras de Tintoretto y sus discípulos, destacando Venecia, Reina del Mar; en la Sala dello Scrutinio Tintoretto pintó laCaptura de Zara a los Húngaros en 1346 en medio de un huracán de misiles; en la Antichiesetta, San Jorge y san Nicolás, con santa Margarita(la figura femenina a veces es considerada la princesa a la que san Jorge rescató del dragón), y San Jerónimo y san Andrés; en la Sala del Consejo Mayor (Sala del Maggior Consiglio), nueve grandes composiciones, principalmente escenas de batalla. En la pared del fondo pintaría, años después, El Paraíso.

El paraíso y La última cena
     Las dos grandes obras que culminan la carrera de Tintoretto fueron Paraíso y La última cena.
      El paraíso ocupa la pared este de la Sala del Consejo Mayor en el Palacio Ducal. Es considerado el mayor cuadro del mundo sobre lienzo, con sus 7,45 por 24,65 metros. Es una obra de tan vasta escala que fue vista como una obra malograda y excéntrica.
       Al recibir el encargo en 1588, puso su lienzo en la Escuela de la Misericordia y se dedicó infatigable a la tarea, haciendo muchos cambios y haciendo varias cabezas y trajes directamente de la naturaleza.
    Cuando la pintura estaba ya muy avanzada la llevó a su lugar definitivo, y allí la acabó, ayudado por su hijo Domenico en detalles como las telas. Toda Venecia aplaudió el soberbio logro, que posteriormente sufrió cierto abandono, pero no restauraciones. Invitaron a Tintoretto a poner él mismo el precio, pero esto lo dejó a las autoridades. Entonces le dieron una suma considerable, que él disminuyó algo, una anécdota que dice más de su falta de avaricia que su primera época, en que trabajaba gratis.
       En el Paraíso podemos observar gran cantidad de seres divinos situados jerárquicamente, para poner de manifiesto que incluso en el paraíso se sigue un orden jerárquico.
Después de esta obra, Tintoretto realizó sus últimos cuadros para la iglesia y monasterio de San Giorgio Maggiore, en una pequeña isla: La última cena (1592-94), Recogida del maná(1594) y La deposición (1592-94). Las dos primeras se encuentran en los muros del presbiterio, y la última en la capilla de los muertos. Una comparativa entre su obra La Última Cena con la de Leonardo da Vinci demuestra de qué forma evolucionó el arte desde el Renacimiento. En la obra de Leonardo, los discípulos se sitúan alrededor de Jesús con una simetría casi matemática. En las manos de Tintoretto, la misma escena aparece dramáticamente distorsionada. Las figuras humanas parecen abrumadas por la aparición de seres fantásticos. La escena tiene lugar en una taberna sombría y popular, donde las aureolas de los santos aportan una luz extraña que subraya detalles incongruentes. El tono es resueltamente barroco.

Galería de la Academia
Es un museo situado en la ciudad de Venecia, en el que podemos encontrar algunas de las pinturas más importantes de Tintoretto, como por ejemplo:
  • La Traslación del cuerpo de San Marcos, en la que aparece San Marcos (patrón de Venecia). Supuestamente, las reliquias de San Marcos fueron robadas de Alejandría, donde predicaba, y fueron llevadas a Venecia, y se conservan en la Basílica de San Marcos. En el cuadro aparece representado el momento del transporte. A la derecha podemos observar al grupo principal transportando el cuerpo de San Marcos, acentuando los escorzos por el esfuerzo. Hay una mujer tirada en el suelo tratando de sujetar al camello y un hombre que parece descorrer una cortina. A la izquierda aparece una arquería que recuerda las construcciones de Sansovino, y al fondo un edificio renacentista. Parecen entrar en una arquería una serie de figuras para refugiarse de la tormenta que arrecia. Destacan los tonos ocres del cuadro, característicos de Tintoretto.

  • San Marcos liberando al esclavo: representa un episodio de la vida de San Marcos, tomado de la Leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine. El servidor de un caballero provenzal va a ser castigado por haber venerado las reliquias del santo. Se le sometería a tortura con una máquina que le rompería los huesos y, además, iba a quedar ciego. La figura sentada en la parte del lado derecho, vestida de rojo intenso, es el caballero de provenza, señor de quien va a ser castigado. Sin embargo, es salvado por la milagrosa intervención del santo. El santo está pintado en un sorprendente escorzo, en lo alto, en paralelo al escorzo de la figura del esclavo que yace en el suelo.

  • Retrato del procurador Jacopo Soranzo: el cuadro muestra a Jacopo Soranzo, que como indica la inscripción parcialmente borrada, ocupó el cargo de procurador en 1550. Tintoretto tomó la imagen del retratado de otro lienzo de gran tamaño obra suya, en el que el procurador aparecía en el centro del mismo rodeado por su familia, dicho lienzo se conserva actualmente dividido en tres partes en el Castillo de los Sforza en Milán.

El Palacio Ducal de Venecia

      El Palazzo Ducale está situado en el extremo oriental de la Plaza de San Marcos, es uno de los símbolos de la gloria y el poder de Venecia. Edificio de estilo gótico, sus dos fachadas más visibles miran hacia la laguna de Venecia y la plaza de San Marcos. El palacio fue residencia de los dux (duques en italiano), sede del gobierno y de la corte de justicia y prisión de la República de Venecia.
     El palacio está construido con planta cúbica, como si fuera un gran bloque de mármol. En la planta baja y el primer piso podemos observar una galería de arcos o un pórtico, seguida de un muro liso hacia arriba en el que hay unas grandes ventanas dispersas por el mismo. Tiene una decoración en tablero de mármol rosa y blanco.

     El color del Palacio cambia según la luz del día, adquiriendo una tonalidad rosa muy delicada pero conservando en las ojivas góticas —simétricas— un color rosáceo y blanco.
     El pórtico de la planta baja está constituido por 36 columnas decoradas con capiteles tallados en los siglos XIV y XV. En las esquinas del palacio podemos observar varios grupos escultóricos que representan, de izquierda a derecha el Juicio de Salomón, Adán y Eva, y Noé ebrio.
     En la planta inmediatamente superior encontramos 71 columnas decoradas con óculos cuadrilobulados, que son circunferencias con una abertura en su interior. En este caso es una abertura con cuatro lóbulos.
       La entrada principal recibe el nombre de Porta della Carta o Puerta del Papel, porque en ella se exponían los decretos oficiales. En el tímpano de la puerta podemos observar un león de San Marcos ante el que se arrodilla el duque Foscari.

      El patio del Palacio es de estilo renacentista, con una importante decoración escultórica y arquerías, pilastras, frisos y óculos. Junto al Pórtico Foscari encontramos la pequeña fachada del Reloj, realizada por Monopola en 1615. A un extremo del pórtico se encuentra la Scala del Giganti, con esculturas de Sansovino que representan a Marte y Neptuno.
      Fue construido entre los siglos X y XI sobre la base de un núcleo central fortificado, constituido por un cuerpo central y torres en las esquinas. La primera gran reestructuración, que transformó la fortaleza originaria en un elegante palacio ya sin fortificar, se llevó a cabo en el siglo XII por el dux Sebastiano Ziani. Una nueva ampliación fue realizada a finales de 1200.
      Una ampliación de 1424 debida al dux Francesco Foscari extendió el palacio por el lado de la Basílica de San Marcos. Un añadido importante, la Porta della Carta, proyecto de los arquitectos Giovanni Bon y Bartolomeo Bon fue terminado en 1442.
     La parte interna (es decir, la que da a la parte del canal de Palacio y termina en el Ponte della Paglia ('Puente de la Paja'), y que hospeda los apartamentos del Dux), fue edificada después del gran incendio de 1483 según el proyecto del arquitecto Antonio Rizzo. Sucesivos embellecimientos, como la Scala dei Giganti ('Escalera de los Gigantes'), se alternaron con incendios devastadores durante todo el siglo XVI. Precisamente uno de estos siniestros propició la creación del principal tesoro del edificio: la gigante Crucifixión de Tintoretto, pintada para sustituir un mural dañado en un incendio.
     Más tarde, fueron añadidas las llamadas Prigioni Nuove ('Prisiones Nuevas'), más allá del canal, por obra del arquitecto Antonio Contin. Esta sería la sede de los Signori di notte al criminal ('Señores de noche de lo criminal'), magistrados encargados de la prevención y represión de los delitos penales, fue conectado al Palacio mediante el Puente de los Suspiros, cruzado por los condenados en su camino a las nuevas prisiones.

     La leyenda narra que en tiempos a los condenados a muerte les era concedido, como última posibilidad de salvarse, el intentar el «giro de la columna». De hecho todavía hoy una de las columnas del Palacio Ducal está ligeramente torcida hacia dentro. El intento consistía en dar vueltas alrededor de la columna, por su parte externa, sin resbalar, pero casi nadie lo conseguía completamente.
     Después de la caída de la República de Venecia en 1797, el Palacio no se utilizó ya como sede del príncipe y de las magistraturas sino que fue acondicionado para albergar oficinas administrativas. Las prisiones, llamadas i Piombi ('los Plomos') a causa del revestimiento en ese material del tejado, conservaron su antigua función. Tras la anexión de Venecia al Reino de Italia, el palacio sufrió numerosas restauraciones, y en 1923 fue finalmente destinado a museo, función que conserva hoy día.

martes, 14 de diciembre de 2010

Las necrópolis

Las necrópolis romanas eran los cementerios. Etimológicamente, necrópolis significa ciudad de los muertos, y procede del griego. Se construían en numerosas civilizaciones, debido a la prohibición de enterrar a los muertos dentro de los límites urbanos, como por ejemplo en la sociedad egipcia, en la griega o en la romana. Las calzadas que partían de las ciudades estaban rodeadas de monumentos funerarios. La más conocida de las necrópolis de Pompeya es la necrópolis de Puerta Ercolano (la que se encuentra más al Norte):
Pinche en la imagen para ampliarla.


Las lavanderías romanas

     En las lavanderías tenía lugar una de las más importantes fuentes de riqueza del Imperio Romano. Como detergente para lavar la ropa se utilizaba la orina, por lo que cada uno podía vender su propia orina a las lavanderías. Fue tan importante este comercio que el emperador Vespasiano llegó a imponer un tributo de orina. Las lavanderías recibían el nombre de fulónicas, y recolectaban la orina necesaria colocando unas grandes ollas en las puertas del comercio, donde las personas podían orinar. Posteriormente, los esclavos volcaban la orina en grandes piletas, donde pisaban la ropa hasta que el ácido de la orina hiciera su efecto, tras lo que enjuagaban las prendas. Debido al enorme éxito de este negocio, el lavado de la ropa con orina se convirtió en un gran lujo.

Las panaderías romanas

     En un comienzo, el pan era fabricado por esclavos en cada casa, pero con el tiempo surgieron los primeros panaderos, denominados pistores. Alrededor del años 30 a.C., durante el reinado de Augusto, había 328 panaderías en Roma. La población de panadero estaba muy bien vista en Roma, ya que sustentaban un alimento básico a la población, tanto que a algunos panaderos se les hizo un monumento. Estaban sujetos a las leyes de una asociación de panaderos, el collegium. En Roma ya había una técnica mecanizada para fabricar el pan: los molinos del trigo eran empujados por caballos. También se podía observar que todos los clientes y trabajadores de la panadería eran hombres. Eran tan importantes que a veces los panaderos podían ejercer algún cargo político, y decir que una persona bonum panem fert (hace buen pan) equivalía a decir que estaba capacitada para representar al pueblo romano en el senado. Por ejemplo, Paquius Proculus, que perteneciendo al gremio de panaderos llegó a ser el alcalde de la ciudad de Pompeya. La propiedad de las panaderías pasaba de padres a hijos. Los romanos mejoraron los molinos, las máquinas de amasar y los hornos, hasta tal punto que hoy día llamamos "horno romano" al horno que recibe el calor de manera directa.

Las tabernae

    Para los romanos, una taberna era una parada en la calzada romana donde descansar o pasar la noche para viajeros que podían permitirse algo mejor que las caupona (otro tipo de taberna). Al comienzo de la historia de las calzadas romanas, las casas cercanas eran obligadas a ofrecer su hospitalidad a los viajeros, así que con el tiempo se convirtieron en las primeras tabernae, que se parecían más a los hostales que a las tabernas que conocemos actualmente. Puesto que el poder de Roma crecía sin parar, las tabernae se desarrollaron con ella, destacándose las mejores de ellas, como por ejemplo el Tabernae Caediciae en la Vía Appia. Incluso, muchas ciudades crecieron a lo largo del tiempo alrededor de un complejo de tabernas, como Saverne en Alsacia.